
2 momentos para construir tu día
Haz un examen de tus pensamientos:
Cuando estás a punto de acostarte, ¿qué piensas? ¡Muchas cosas!, quejas, tanto cansancio que apenas “voy por el lunes de esta semana”, y tú apenas alcanzas a identificar algunos pensamientos que están influyendo en ti, que son negativos y por supuesto, ¡la noche no repara tu fatiga! Y sigue corriendo tu semana tal cual.
Cuando despiertas, ¿cuál pensamiento acompaña tu primera acción de ese nuevo día?
¿Con qué estado de ánimo trabajas, almuerzas, resuelves algunas situaciones y otras aún están por atender? Llega la noche, estás con tu familia, tus hijos y esposo(a), demandan de ti también interés.
Déjame pensar en ti. Iniciaste tus días con quejas, que se convirtieron en malestar generalizado, sumando esto a minutos, horas, días y semanas enteras que también fueron la causa de contaminación de tus palabras, emociones y acciones.
¿Qué hacer para vivir un día con el bienestar que deseas?
- El primer momento para construir tu día es antes de acostarte. Piensa en positivo, aprecia, reconoce tanto y más que hubo en ese día en particular. Así de sencillo, “tanto y más que hubo en ese dia”. Repasa desde la mañana aquellos “regalos “que vieron tus ojos y escucharon tus oídos, las personas que te rodearon y estar con ellas fueron tiempo de disfrute. Da gracias por todo esto y en detalle.
¿Hubo logros?, enuméralos! ¿Resolviste algo?, ¿bajaste el volumen de pendientes importantes?, quiénes te rodearon y sus conversaciones fueron estimulantes? ¿Llegaste a tu casa, y ver a tu familia te llenó de alegría? Da gracias.
Créeme que tu sueño ese día comienza a ser reparador.
- El segundo momento para construir tu día es cuando te levantes. Estira todo tu cuerpo, aprecia la luz del día, el sol que está a punto de salir y ¿sabes qué es lo mejor?, que estás vivo. Báñate y disfrútalo, vístete y disfrútalo; desde tus pensamientos de disfrute y positivos, las emociones también siguen esta ruta. Saluda a tu familia con un “buenos días”, recorre el camino a tu trabajo y ahí continúa pensando en positivo. Llegas a tu casa de regreso y al acostarte, puedes regresar las vivencias y alegrarte porque tus pensamientos, construyeron tus emociones, palabras y acciones.
Definitivamente te tomaste “la medicina de pensar en positivo” y tu día rueda en esa “autopista ancha” y aprecias lo que cada día te trae.
De cada suceso, saca lo positivo, mantén tus pensamientos enfocados en la apreciación.
¡Haz que cada día sea memorable!, te lo debes a ti mismo. Significa que lo retienes en tu memoria por todo lo positivo que fueron sus minutos y horas. Tienes una práctica pendiente de: Apreciación, agradecimiento y reconocimiento de logros.
Cuando leí por primera vez a William James, filósofo de Harvard se quedó en mi corazón. El escribió: “Como piense un hombre, así es el”.
Lo que piensas, determina la forma en que te sientes y actúas. Las acciones diarias son el producto de tales pensamientos y esto crea lo que ves de ti mismo.
¡Dime que piensas y te diré quién eres y así mismo, sientes y actúas!